– Contaminación de su hábitat por la utilización de productos químicos en la agricultura colindante.
– Captura de fartet en trampas para angulas.
– Desecación de humedales litorales.
– Eliminación de las algas.
– Eutrofización de las aguas.
– Introducción de especies invasoras, como por ejemplo, la gambusia (Gambusia holbrooki). Éstas compiten con las especies endémicas ya que algunas solapan en el nicho ecológico o bien reducen el hábitat disponible. Debido a la gambusia encontramos más esta especie en zonas salobres o hipersalinas donde la gambusia no consigue sobrevivir. Pasa lo mismo con el fúndulo (Fundulus hetemclitus) o el pez sol (Lepomis gibbosus).
– Recolección por coleccionistas acuariófilos.
– Sobreexplotación de los acuíferos.
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